Domingo de Resurreción

-Suenen campanas, suenen tambores, suenen guitarras y hosannas a Dios, renace el día, surge la luz
cantemos hermanos, un himno a Jesús.

¡Porque Cristo resucitó,porque Cristo resucitó,porque Cristo resucitó!

2-Canta el ave, brinca el ganado,
toda tristeza ya es del pasado,
hoy la alegría inunda a los hombres,
del niño al más grande, del rico al más pobre.
3-El hombre nuevo surge en el mundo,
hay en las cosas un cambio profundo;
Pascua de Cristo, resurrección,
paso del hombre a la Vida de Dios.
4-Desde hoy la muerte ha sido vencida,
y es nuestra fe un canto a la vida;
suenen campanas, suenen tambores,
suenen guitarras y hosannas a Dios.

1-Zamba del grano de trigo
mañana yo he de ser pan;
/no le tengo miedo al surco,
algún día he de brotar./ (bis)
2-Barbecho de terrón fresco
tu sangre yo he de mamar;
/tierra que serás mi madre,
un nuevo ser me has de dar./ (bis)
Silencio y noche en mi tumba
espigas germinarán;
/ciento por uno y molienda
mañana voy a de ser pan./ (bis)
3-La muerte aguarda en el surco,
cálido abrazo nupcial;
/muerte, sabrás un secreto:
cuando matas, vida das./ (bis)
4-Me enterraré en tus entrañas
y el mundo me olvidará;
/es doloroso tu abrazo,
pero yo quiero ser pan./ (bis)
Tallo verde en dos hojitas
mi espiga despuntará;
/ciento por uno y molienda,
mañana voy a ser pan./ (bis

Padre nuestro, Padre nuestro,
Hoy venimos a tu mesa
para unir a la ofrenda de tu Hijo
este pan este vino y este amor.
1-Este pan que alimenta nuestro cuerpo y que ahora con tu gracia cambiara
en el cuerpo de tu Hijo, nuestro hermano que se parte en esta mesa fraternal.
2-Este vino que tenemos en el cáliz
y que ahora por tu gracia cambiara
en la sangre de tu Hijo, nuestro hermano que nos une en esta mesa fraternal.

1-En la mañana de resurrección,
caminan al sepulcro donde está el Redentor, se preguntan al marchar:
¿Quién moverá, quien abrirá,
la tumba donde esta el Señor?
EL SEÑOR NUESTRO DIOS RESUCITÓ.
ALELUIA, ALELUIA, ALELUIA.
2-En la mañana de resurrección,
vivimos la esperanza de un futuro mejor. Ser testigos del Señor,
exige cambiar, exige luchar,
por un mundo de justicia y paz.